A tan solo una hora de distancia de la Ciudad de México, en este inabarcable Tepoztlán, se encuentra un lugar que desde su construcción desafía las convenciones. Delimitado por el majestuoso valle, con su agradable clima templado y las icónicas formaciones rocosas, incluyendo una hermosa vista a la cordillera de cerros que conforman el imponente Tepozteco, como si fuera su perfecto marco geográfico, o su telón de fondo, se encuentra La Hacienda.

Con una población bastante tranquila y censada en aproximadamente 50 mil habitantes en el año 2020, Tepoztlán es un refugio en busca de aquellos que desean abandonar el bullicio de la vida cotidiana en la ciudad. La Hacienda se manifiesta con sobriedad y serenidad, respetando su entorno y guardando celosamente la magia y el misterio para todos aquellos que cruzan sus puertas.

Este proyecto, en sintonía con la esencia del lugar, se compromete a contribuir al legado arquitectónico del valle, evocando la naturaleza mística de la región en cada rincón. Las áreas de la hacienda han sido diseñadas con una estrategia meticulosa para no interrumpir ni limitar ninguna de las experiencias que ofrece este lugar único. Aquí, las fronteras se difunden y trastocan, permitiendo a los habitantes de la hacienda modificar el entorno según sus necesidades y deseos.

Ubicado en un fraccionamiento privado, tranquilo y seguro en el valle sagrado, con una vista privilegiada hacia el Tepozteco, este terreno de 1270 m2 desafía la ostentación que caracteriza a muchas construcciones de la zona. La Hacienda se erige como un tributo a la autenticidad de Tepoztlán en simbiosis con su entorno natural.